El día 24 de febrero de 2022, se llevó a cabo el Diálogo “Construyendo Puentes Norte – Sur: Un encuentro sinodal entre el Papa Francisco y estudiantes universitarios”.

En esta sesión realizada virtualmente, se dio un significativo encuentro entre el Papa Francisco y 16 estudiantes universitarios de toda América, representantes de un grupo de numeroso participantes de un proceso de construcción de reflexiones colectivas, así como de propuestas que pudieron dialogar y compartir de manera directa con el Papa Francisco; proyectos educativos e iniciativas organizativas concretas para transformar con justicia las realidades ambientales y económicas, específicamente las relacionadas con el duro fenómeno de la migración en el mundo.
Organizado desde la Universidad jesuita de Loyola en Chicago, y con la participación de las 8 universidades del Sistema Universitario Jesuita. En este proceso de dialogo participaron -además- estudiantes procedentes de universidades de Canadá, Estados Unidos, Brasil y Centroamérica.
Importante subrayar que de parte del TUVCH participaron en este proceso Mariana García Cruz de la carrera de Mecatrónica y Andrea Landin Ortiz; de Tecnologías de la Información y la Comunicación, ambas de cuarto cuatrimestre.
Dio la bienvenida al encuentro, el arzobispo de la Arquidiócesis de Chicago, Blase Joseph Cupich. Quien subrayo la importancia del proceso de Sinodalidad en marcha (caminar juntos como Iglesia) que ha emprendido el Papa Francisco.
Posteriormente el Papa dio un mensaje inicial en el que resaltó que frente al cambio de época que estamos viviendo, y el clima de guerra de estos momentos por el conflicto en Ucrania, no debemos olvidar que el papel del cristiano es construir puentes, Cristo vino para construir puentes. Subrayó que para ello es central emprender un diálogo universal por la fraternidad. Agradeció la participación de los jóvenes universitarios participes en este proceso y los insto a vivir su vida universitaria con tres lenguajes; el de la cabeza, el del corazón y el de las manos. Los animó a “armar lío” ser la sal y pimienta y expresar sus inquietudes, que, aunque puedan equivocarse, lo importante es atreverse y aprender de ello. Les recordó la importancia de saber comprender las preguntas (mas que preocuparnos por dar rápidas respuestas), de recibirlas con la mente y el corazón abiertos. Les invitó a que, desde su identidad universitaria, se hicieran cargo de la cruda realidad de la migración.
Así, se dispuso a escuchar sus reflexiones, preguntas y propuestas frente a este problema mundial.
En cuatro rondas de participación, los estudiantes pudieron libremente presentar ante el Papa sus argumentos, puntos de vista, propuestas para la acción, sus cuestionamientos, frustraciones y esperanzas, con respecto a la migración, y en cada bloque el Papa fue respondiendo o resaltando lo que le había provocado o hecho pensar de lo dicho por los jóvenes.
Hacer de este dialogo una tradición para los Papas futuros, construir redes universitarias como la que se construyó para este encuentro, que demanden de sus autoridades compromisos y acciones concretas, promover redes entre sociedad civil, universidades e iglesia para potenciar iniciativas de incidencia en políticas publicas de los diferentes gobiernos, no perder de vista la alta correlación entre cambio climático y migración, impulsar proyectos para ayudar a PERMANECER a los migrantes en sus propios lugares de origen, detener la violencia y aprender a actuar bajo el principio de la No Violencia de Ghandi y Martin Luther King, etc, etc.
El Papa en sus diferentes intervenciones habló de muchos aspectos que le habían llamado la atención de lo dicho por los universitarios, estableciéndose un dialogo de ida y vuelta entre los asistentes.
Al final, les conmino a trabajar por dejar un mundo mejor del que encontraron, sin caer en el encanto de la serpiente. Les pidió no entrar en el juego de la hipocresía, ser sinceros y a aprender a vivir en armonía. Que siempre tengan presente a Mateo 25: Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.
Y frente a ellos se comprometió a ser un pastor cercano a su pueblo, que sepa ir enfrente, en medio y atrás de su rebaño para saber acompañarlo mejor.
El Papa cerro el evento agradeciendo nuevamente y con una oración por todos los asistentes.
Terminando el evento, nos pusimos en contacto con Mariana y Andrea del TUVCH, para que nos compartieran sus reflexiones:
Mariana: “Lo que me pareció el dialogo fue muy humano, es increible conocer la forma en la que el Papa accedió, escuchó y respondió a la voz del estudiante que hace/ejerce el papel de orador de su región y nación. La migración hace la historia y la historia la vivimos nosotras”
Andrea: “El TUVCH es una de las universidades más solidarias que conozco, en donde hay una infinita cantidad de oportunidades y con orgullo puedo decir que fui parte de una increible experiencia “El encuentro sinodal”; en donde en las diferentes reuniones pude expresar ideas acerca de la migración, creando algunas soluciones para este tema en particular, puedo decir con certeza que conocí a personas realmente brillantes con ideas innovadoras y originales. El Papa Francisco nos recordó a Mateo 25: en donde se menciona que hay que ser solidarios, empáticos, que hay que ayudar al prójimo, no solo como jóvenes universitarios, sino que las personas podemos ayudar a contrarrestar este tipo de situación generando ayuda a los que más lo necesitan, al igual que alzar la voz para ellos”.